Con estos consejos podrás lidiar con un jefe que fue hasta hace poco compañero de trabajo

No siempre es fácil cuando quien estuvo al lado nuestro, quizás durante años, de repente pase a ser quien dé las órdenes. Expertos analizan la situación y ofrecen tips.

En algún punto de la carrera profesional, es posible asumir un rol de liderazgo en la misma empresa donde se era compañero de trabajo. Este cambio conlleva una serie de retos, entre los que destaca la transformación de la relación con el equipo.

Según Agustina Bellido, líder de Carrera de Mercer Chile, uno de los principales desafíos es la validación del liderazgo por parte de los colegas, donde es fundamental transformar la relación de iguales en una de liderazgo basada en confianza y credibilidad.

Bellido señala que un error común en las empresas es promover a colaboradores que destacan en tareas específicas sin tener en cuenta si poseen las habilidades necesarias para liderar equipos. A menudo, las promociones carecen de procesos rigurosos de selección de talento, lo que dificulta una transición fluida, detalla el diario El Mercurio de Santiago de Chile.

La capacitación, clave

Marcelo Aravena, country manager director de LHH Recruitment Solutions, sugiere que las empresas pueden apoyar esta transición mediante capacitación, mentoría y coaching, herramientas que no solo validan la nueva posición del líder, sino que también ayudan a fomentar un ambiente de trabajo cohesivo.

Entre sus recomendaciones, destacan la necesidad de una comunicación clara sobre las razones de la promoción, la definición de nuevas responsabilidades y la formación en liderazgo, manejo de conflictos y toma de decisiones. Además, enfatiza la importancia de entrenar al equipo en la gestión del cambio y promover actividades de trabajo en equipo para alinear objetivos.

El reconocimiento público es crucial

El reconocimiento público tanto del nuevo líder como de los miembros del equipo también es crucial para fortalecer la moral y fomentar una cultura organizacional positiva. Según Aravena, el éxito en un rol de liderazgo no solo depende de las habilidades técnicas, sino también de la capacidad de escucha activa, la claridad en la comunicación y la toma de decisiones informadas.

Un buen líder debe ser capaz de resolver problemas de manera eficaz y rápida, identificar las fortalezas del equipo y asignar tareas adecuadamente sin recurrir al micromanagement. Por último, la capacidad de inspirar y motivar al equipo, mantener la calma bajo presión y fomentar la cohesión serán las claves para una transición exitosa hacia el liderazgo.

Finalmente, Aravena concluye que el liderazgo efectivo no solo se basa en el control de las tareas, sino en la creación de un entorno donde el equipo pueda crecer y mejorar continuamente, lo cual contribuirá al éxito global de la organización.