“Estás muy buena...”: dos años y un día de prisión a un acosador en Murcia

El encargado de un hostel acosó física y verbalmente a una de sus empleadas. La ley tomó cartas en el asunto.

Por:

Nicolas Lafferriere

Durante el fin de semana, la Audiencia Provincial de Murcia estableció la pena de prisión para un hostelero de la ciudad bajo cargos de abuso sexual continuado. El trabajador mantuvo varias conductas indebidas de carácter verbal y físico contra una de sus empleadas.

La decisión del juez

La denuncia realizada en septiembre del 2023 por una víctima de acoso cerró hace pocas horas con la decisión del Juzgado Instrucción Nº 5 de Murcia. Un hostelero, cuya identidad y edad no fueron informadas, se verá obligado a cumplir una condena de dos años y un día de cárcel de forma inmediata.

Además de ser procesado, el acusado se verá obligado a pagar una multa sobre los 2.600 euros, a razón de seis euros diarios durante un plazo de catorce meses, y una compensación de 6.000 euros a la víctima. También recibió una orden de restricción por la cual no podrá acercarse a menos de 200 metros de su ex empleada.

A pesar de la insistencia del hostelero por señalar la denuncia como una conspiración en su contra, la audiencia llegó a la conclusión de que “no cabe deducir que todo sea un montaje y que no se hubieran realizado los tocamientos y solicitudes de favores sexuales, especialmente cuando concurren otras evidencias como los mensajes de audio y las lesiones psíquicas”.

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La conducta del hostelero

La denuncia señala que la mujer sufrió los episodios de acoso desde su contratación en julio de 2023 por un establecimiento en Los Martínez del Puerto. El acusado repetía con insistencia la frase “Estás muy buena... si te cojo ibas a disfrutar”, siendo el primero de múltiples comportamientos que se volvieron constantes en su trabajo

La empleada, que permanece en el anonimato para proteger su identidad, relató que su ex jefe llegó a retirar su camiseta con el fin de exponer sus senos, e incluso realizó tocamientos por encima de la ropa en sus nalgas y zona vaginal. Ante el rechazo de su trabajadora hacia estas conductas, el hostelero realizaba comentarios de carácter racista: “Eres una mona, fea, vieja, no vales para nada, vete a tu país”.

La defensa de la trabajadora señaló que su clienta sufrió un trastorno adaptativo con síntomas activos, por el cual se vio obligada a realizar sesiones de psicoterapia y tratamiento con ansiolíticos. Estos motivos fueron suficientes para impulsar la compensación económica y castigos penales antes citados.