¿De qué se trata conducir “a la americana”, la nueva “moda” que se expande en España?

El estado de la red nacional de carreteras, ha hecho que los españoles deban tomar precauciones que hasta hace algún tiempo no eran necesarias.

Por:

Cristian Ortega Mahan

Aunque conducir un automóvil parece una experiencia similar en todo el mundo, algunos países tienen normas que varían significativamente. La diferencia más notable es si se circula por la derecha o por la izquierda, como sucede en el Reino Unido y otros países con influencia británica.

Dentro de la Unión Europea, las diferencias son más sutiles. Por ejemplo, los límites de velocidad son el principal cambio: en Alemania, ciertas autopistas permiten velocidad ilimitada, algo que no ocurre en España.

Estados Unidos y su estilo de conducción

En Estados Unidos, las reglas no difieren demasiado, aunque hay peculiaridades. Por ejemplo, los límites de velocidad suelen ser más bajos que en España. Además, en las autopistas estadounidenses, los conductores tienen la libertad de circular por cualquier carril y pueden adelantar tanto por la derecha como por la izquierda.

Esta práctica contrasta con la normativa española, donde el Reglamento General de Circulación exige que los vehículos transiten por el carril derecho, reservando los carriles izquierdos únicamente para adelantamientos.

El problema en España: el carril derecho vacío

Sin embargo, en la práctica, en España se observa un aumento en el uso de los carriles centrales e izquierdos, mientras el derecho permanece desocupado. Según la Asociación Española de la Carretera, esta tendencia se relaciona con el mal estado de mantenimiento de las vías.

El déficit de inversión en conservación vial ha dejado muchos carriles derechos en condiciones deplorables. Esto obliga a los conductores a desplazarse a carriles menos dañados, provocando frustración entre quienes desean circular más rápido.

Un ejemplo emblemático es la autopista que conecta Madrid con La Coruña (A-6), donde el carril derecho presenta socavones y surcos debido al peso constante de los camiones. Este desgaste ha hundido la cimentación, volviéndolo impracticable para automóviles ligeros.

Como consecuencia, los conductores se ven forzados a usar masivamente los carriles centrales e izquierdos, rompiendo la dinámica ideal de circulación.

Así, mientras en países como Estados Unidos estas prácticas son habituales, en España reflejan un problema estructural: la falta de mantenimiento vial. Este fenómeno no solo afecta la fluidez del tráfico, sino que también incrementa el riesgo de accidentes y deteriora aún más las carreteras.