El día en que el tren de la libertad cruzó con fuerza en España

En 2014, miles de mujeres abarrotaron la estación de Atocha en Madrid para recibir a las activistas que lideraban la lucha contra la reforma de la Ley del Aborto impulsada por Alberto Ruiz Gallardón.

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Por:

Adonis Martínez

Tren de la libertad.
Fue una de los primeros grandes movimientos feministas de nuestro siglo, Fuente: Península ES/Pexels/Colectivo Mujeres Cineastas

Hace diez años, un grupo de mujeres asturianas plantó cara al gobierno de Mariano Rajoy para frenar la reforma de la Ley del Aborto de Alberto Ruiz-Gallardón. Lo que empezó como una iniciativa local se convirtió en un movimiento nacional que marcó un antes y un después en la lucha feminista.

Para ellas, la victoria fue colectiva. No hay relatos en primera persona, solo un “nosotras” que refleja la unidad de la movilización. Lo importante no fue quién hizo qué, sino el logro compartido.

El 1 de febrero de 2014, el Tren de la Libertad llegó a Madrid con un mensaje claro: defender los derechos de las mujeres. Aquella protesta no solo tumbó la reforma y llevó a la dimisión de Ruiz-Gallardón, sino que reforzó la sororidad como motor de cambio.

¿Cómo surgió este movimiento feminista?

Para entender el origen del Tren de la Libertad, hay que viajar a finales de 2011, cuando Alberto Ruiz-Gallardón asumió como ministro de Justicia en el gobierno de Mariano Rajoy. En su primera comparecencia parlamentaria dejó clara su intención de modificar la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, aprobada en 2010 bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero.

Aquella declaración marcó el inicio de un pulso que acabaría convirtiéndose en una de las mayores movilizaciones feministas de la década. Desde su aprobación, la ley había sido duramente criticada por el Partido Popular y la Iglesia, especialmente por el artículo que permitía a las jóvenes de 16 y 17 años abortar sin necesidad de consentimiento paterno.

Para sectores conservadores, aquello representaba una amenaza a los valores tradicionales, mientras que para los movimientos feministas era un avance en la autonomía de las mujeres sobre sus propios cuerpos.

La reforma propuesta por Gallardón no solo eliminaba este derecho, sino que suponía un retroceso aún mayor: volvía al modelo de 1985, en el que el aborto solo era legal bajo ciertos supuestos y las mujeres debían justificar su decisión. Con esta medida, el gobierno abría un conflicto que no tardaría en desatar una respuesta contundente en las calles.

Y al final, lograron el objetivo

Después de ocho meses de intensas movilizaciones, el objetivo se alcanzó: la reforma de la Ley del Aborto fue retirada y Alberto Ruiz-Gallardón presentó su dimisión. La presión constante de las calles y la firmeza del movimiento feminista consiguieron hacer retroceder al gobierno, demostrando la fuerza de la resistencia social.

Ocho meses de lucha que culminaron en una victoria que se vivió como un triunfo colectivo. La alegría invadió a quienes formaron parte de esa batalla, con abrazos y sonrisas que reflejaban la satisfacción de haber logrado lo imposible. Ese fue el momento en que la lucha por los derechos de las mujeres dio un giro histórico, dejando una huella imborrable.

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