El supermercado de España que pierde clientes por un error con la tecnología

Algunos consumidores empiezan a tener dudas con según qué formatos de venta por parte de los supermercados.

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Por:

Adonis Martínez

Supermercado
¿Es demasiada tecnología un problema para los supermercados? Fuente: Pexels.

Eroski ha dado un paso más hacia la automatización con la implantación de cajas de autopago en sus supermercados. La medida busca agilizar las compras y reducir costes operativos, en línea con la tendencia que siguen otras grandes cadenas del sector. Sin embargo, no todos los clientes ven con buenos ojos esta transformación.

El cambio ha generado ciertas fricciones, especialmente entre quienes realizan compras grandes o no se manejan con soltura con la tecnología. Para muchos, el hecho de verse obligados a escanear y pagar sin la ayuda de un cajero tradicional ha convertido la experiencia en algo menos cómodo y más impersonal, todo lo contrario que sucede en otros como Mercadona.

Los datos respaldan este malestar. Según informa Merca2, hasta un 44% de los consumidores evita usar las cajas de autopago aunque estén disponibles. Esta resistencia no solo refleja un rechazo al cambio, sino que también podría estar impactando directamente en las ventas de la compañía.

Los usuarios de Eroski, no muy a favor de esto

Lo que empezó como un intento de modernizar la experiencia de compra ha terminado por generar un serio desencuentro con los clientes. En Eroski, cada vez son más los que se encuentran en la misma situación: sin cajeros disponibles, empujados a utilizar las cajas de autopago aunque sus carros estén hasta arriba de productos.

Para muchos, esta dinámica se ha vuelto agotadora. Tener que escanear decenas de artículos sin ayuda no solo alarga el proceso, sino que convierte lo que debería ser una tarea sencilla en una experiencia incómoda. Hay quienes, tras vivirlo, aseguran que no repetirán.

Eroski
Eroski y sus cajas autopago. Fuente: Eroski.

Y esa sensación ya se deja notar. Algunos clientes han decidido buscar alternativas y llevar su compra a otros supermercados donde el trato humano sigue siendo parte esencial del servicio. Una fuga silenciosa que podría estar golpeando, más de lo que parece, las ventas de Eroski.

¿Son malas las cajas de autopago?

La apuesta por la automatización en los supermercados prometía compras más ágiles y menos colas. Sin embargo, la realidad está siendo muy distinta. Las cajas de autopago, lejos de acelerar el proceso, se han convertido en un nuevo foco de frustración para muchos clientes.

Los usuarios no siempre se manejan con soltura con las máquinas, lo que provoca atascos, errores frecuentes y una constante necesidad de asistencia. Lo que debía ser un sistema eficiente ha acabado generando más trabajo para el personal y más estrés para el comprador.

Pero quizás lo más preocupante es lo que no se ve. La ausencia de interacción humana ha despersonalizado la experiencia. Esa conexión con el cajero o cajera, que para muchos formaba parte del ritual de la compra, se ha perdido. Y con ella, también podría estar desapareciendo la fidelidad de quienes prefieren un trato más cercano.

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