El nuevo parte médico del Papa Francisco: ¿Qué es la trombocitopenia que desmejoró su salud?

El sumo pontífice cuenta con un parte médico delicado y tiene a todos los creyentes y trabajadores del Vaticano en vilo.

Por:

Adonis Martínez

El papa Francisco atraviesa un estado crítico por una neumonía bilateral, aunque el Vaticano informó este domingo que pasó una noche tranquila en el hospital. Sin embargo, los médicos detectaron una trombocitopenia que llevó a realizarle transfusiones de sangre para tratar la anemia derivada de su condición.

En un mensaje escrito para el Ángelus dominical, el pontífice argentino, de 88 años, expresó que sigue su hospitalización con confianza, cumpliendo con los tratamientos y considerando el descanso como parte esencial de su recuperación. Además, pidió a los fieles que lo acompañen con sus oraciones.

El sábado por la noche, la Santa Sede comunicó que Jorge Bergoglio, internado desde el 14 de febrero, sufrió una crisis asmática grave que hizo necesario el uso de oxígeno. Esta situación ha generado preocupación sobre la salud del líder de la Iglesia católica.

¿Qué es la trombocitopenia?

La trombocitopenia es una afección en la que el número de plaquetas en la sangre es bajo, lo que dificulta la coagulación y puede causar sangrados. En el caso del papa Francisco, esta condición se detectó junto a su neumonía bilateral, agravando su estado crítico y requiriendo transfusiones de sangre para tratar la anemia.

Los síntomas, como hematomas o sangrado fácil, pueden ser leves o severos, y en el pontífice se suman a las complicaciones de su hospitalización desde el 14 de febrero. El Vaticano informó que, pese a una noche tranquila, esta situación sigue siendo delicada, lo que refleja la seriedad de su salud.

El diagnóstico se confirma con un análisis de sangre, y el tratamiento varía según la causa, incluyendo transfusiones en casos graves como el de Francisco. A sus 88 años, esta combinación de trombocitopenia y problemas respiratorios representa un reto médico significativo que mantiene en vilo a la Santa Sede.

El futuro del Papa en el vaticano

Francisco ha sostenido en más de una ocasión que el papado es un compromiso vitalicio, aunque no ha cerrado la posibilidad de seguir el ejemplo de Benedicto XVI, quien renunció en 2013 por motivos de salud. Aquel gesto del teólogo alemán marcó un precedente histórico, siendo el primero en siglos en abandonar el cargo voluntariamente, y dejó entrever que el retiro papal no es un tabú absoluto.

A sus 88 años, el pontífice argentino enfrenta ahora una neumonía bilateral y trombocitopenia, condiciones que han agravado su estado y lo mantienen en cuidados intensivos desde el 14 de febrero.

Aunque ha insistido en que no es tiempo de dimitir, estas dolencias, sumadas a una crisis asmática reciente, plantean interrogantes sobre su fortaleza para guiar a los casi 1.400 millones de católicos en medio de un panorama de salud tan frágil.