En Estados Unidos apuntan a las petroleras por su responsabilidad en el cambio climático

Diferentes localidades de los Estados Unidos avanzan en demandas para que las empresas paguen por sus actos.

Por:

Cristian Ortega Mahan

En un contexto de creciente preocupación por los efectos devastadores del cambio climático, varios estados de Estados Unidos han comenzado a tomar medidas concretas para responsabilizar a las grandes petroleras por su impacto ambiental.

La iniciativa, que busca crear un “superfondo climático”, tiene como objetivo que estas empresas asuman los costos de los desastres naturales que han contribuido a agravar.

La propuesta, liderada por legisladores demócratas, se basa en el principio de “quien contamina paga”. Este enfoque busca trasladar la carga económica de los desastres climáticos, como incendios forestales, inundaciones y huracanes, desde los contribuyentes hacia las compañías de combustibles fósiles.

Vermont fue el primer estado en aprobar una ley de este tipo, seguido por Nueva York y otros estados como Maryland y California, que han mostrado un fuerte apoyo popular a estas iniciativas.

Las consecuencias de los desastres climáticos

Los desastres climáticos recientes, como los incendios forestales en Los Ángeles, han puesto de manifiesto la urgencia de estas medidas. Según estimaciones, los daños causados por estos incendios ascienden a más de 250.000 millones de dólares, una cifra que supera la capacidad de los presupuestos estatales para hacer frente a las consecuencias.

Dawn Addis, asambleísta demócrata, expresó: “Son los contribuyentes y los asegurados quienes están pagando el precio. No es sostenible, no es justo, ni es ético”.

La ciencia de la atribución de responsabilidades, un campo emergente, juega un papel clave en estas iniciativas. Este enfoque permite calcular el grado de responsabilidad de las petroleras en el cambio climático y en el agravamiento de los desastres naturales. Sin embargo, las empresas petroleras han respondido con firmeza, cuestionando la validez de esta ciencia y argumentando que sus actividades se realizaron de manera legal bajo las regulaciones vigentes.

El Instituto Americano del Petróleo y la Cámara de Comercio de Estados Unidos han presentado demandas para impugnar estas leyes, mientras que ejecutivos del sector han solicitado apoyo al gobierno federal para frenar estas iniciativas. A pesar de la resistencia, los legisladores y activistas continúan impulsando estas propuestas, destacando la necesidad de un cambio estructural en la forma en que se abordan los costos del cambio climático.

Ejemplo reciente

La comparación con la industria tabacalera en la década de 1990, que tuvo que asumir responsabilidades legales por los efectos nocivos de sus productos, sirve como precedente para estas iniciativas. Los defensores de estas leyes argumentan que las petroleras, al igual que las tabacaleras, deben rendir cuentas por los daños causados y por décadas de desinformación sobre los efectos de sus actividades.

En un momento crítico para el planeta, estas medidas representan un paso hacia la justicia climática y la responsabilidad corporativa. Aunque el camino está lleno de desafíos legales y políticos, la creciente presión pública y la evidencia científica podrían marcar el inicio de un cambio significativo en la relación entre las grandes empresas y el medio ambiente.