3 claves para entender la guerra entre India y Pakistán

India y Pakistán traen esta guerra desde el pasado, en donde diferentes sucesos históricos han marcado una profunda división.

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Por:

Adonis Martínez

India Pakistán
Así es como puedes entender por qué India y Pakistán están en guerra. Fuente: Península ES.

La madrugada del 7 de mayo volvió a encender una chispa en uno de los puntos más sensibles del planeta. India lanzó un ataque con misiles sobre territorio pakistaní, en un episodio que se suma a una larga historia de tensiones enquistadas entre ambos países. Pakistán ha confirmado al menos 26 muertos en una operación militar que vuelve a situar a Cachemira en el foco del conflicto.

Este nuevo enfrentamiento no surge de la nada: es el eco de una partición traumática que en 1947 dividió a un solo país en dos naciones enfrentadas por la religión, la identidad y el control territorial. Aquel proceso de independencia marcó el inicio de una enemistad que, más de setenta años después, sigue sin cicatrizar del todo, ni en India ni en Pakistán.

Hoy, la preocupación internacional crece no solo por la gravedad de los ataques, sino por el arsenal que ambos países tienen bajo llave. En un mundo que mira con inquietud cada movimiento en esta región, conviene repasar cómo se llegó hasta aquí y por qué Cachemira sigue siendo el epicentro de un conflicto que nunca terminó.

La razón detrás de la partición

    Antes de ser dos países enfrentados, India y Pakistán formaban parte de un mismo territorio colonial bajo el control británico. Allí convivían millones de personas de distintas religiones, con mayoría hindú, pero con una importante población musulmana repartida sobre todo en el noroeste y noreste del país.

Con el avance del movimiento independentista, surgieron dos visiones opuestas: una India unida y plural, defendida por líderes como Gandhi y Nehru, y una nación separada para los musulmanes, impulsada por Mohamed Ali Jinnah. Las tensiones, avivadas por años de división política y religiosa promovida por el propio Imperio, hicieron que Londres optara por una partición rápida del territorio.

Así, el 15 de agosto de 1947 nacieron India y Pakistán. El proceso fue apresurado y mal planificado: en solo cinco semanas se trazaron las nuevas fronteras, provocando una oleada de violencia, más de un millón de muertos y millones de desplazados. Las consecuencias de aquella ruptura aún se sienten hoy.

Cómo afectó esto a nivel humano

La partición de India en 1947 no solo dio origen a dos nuevos países, India y Pakistán, sino que trazó una frontera de más de 3.000 kilómetros que cambiaría la historia del sur de Asia. A esa división territorial se sumó, décadas más tarde, la independencia de Pakistán del Este, que en 1971 se convirtió en Bangladesh.

    Aquel proceso marcó el inicio de la mayor migración forzada de la historia: alrededor de 15 millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares por motivos religiosos. Hindús y sijes huyeron de las regiones que pasaron a formar parte de Pakistán, mientras millones de musulmanes emprendieron el camino opuesto hacia el nuevo Estado musulmán. En muchos casos, fueron trayectos de cientos o miles de kilómetros recorridos a pie, en trenes abarrotados o, en el mejor de los casos, en vehículos privados.

La violencia se desató con una crudeza sin precedentes. Milicias armadas y grupos extremistas atacaban a civiles en tránsito, especialmente en la región de Punjab, donde se produjeron matanzas, violaciones y secuestros. Las cicatrices de aquel trauma siguen abiertas: familias separadas por una alambrada que aún hoy divide a India y Pakistán, y una tensión fronteriza que se ha mantenido viva durante más de siete décadas.

Las consecuencias en la actualidad

Cachemira, una región montañosa enclavada en el Himalaya, se ha convertido desde 1947 en el epicentro de la tensión entre India y Pakistán. Famosa por sus paisajes y su diversidad cultural, la región debía decidir su pertenencia a uno de los dos países tras la independencia. Sin embargo, la decisión del maharajá local de integrarse en India desencadenó una guerra inmediata entre ambos estados.

Desde entonces, el territorio se encuentra dividido: India controla aproximadamente la mitad sur y central de Cachemira, Pakistán domina el noroeste y China administra algunas zonas del norte. Pese al reparto de facto, tanto India como Pakistán reclaman la región en su totalidad, lo que ha provocado enfrentamientos armados en 1947, 1965, 1971 y 1999, además de una tensión constante hasta el presente.

Más allá del control territorial, el conflicto también refleja el creciente distanciamiento ideológico entre ambos países. Mientras Pakistán ha reforzado su identidad islámica, India se ha visto influida en los últimos años por el auge del nacionalismo hindú. Esto ha reducido la presencia de minorías religiosas y ha alimentado la desconfianza mutua, convirtiendo a Cachemira en una pieza clave de un conflicto que involucra a dos potencias con capacidad nuclear y profundas heridas históricas aún sin cerrar.

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