León XIV fija su postura sobre el matrimonio y deja fuera otras uniones

El Papa León XIV marca línea ideológica al criticar el aborto, la eutanasia y defender el matrimonio tradicional.

Apenas unos días después de asumir el cargo, el Papa León XIV ya empieza a marcar el rumbo de su pontificado. En sus primeras intervenciones públicas, no ha esquivado cuestiones sensibles y ha dejado claras sus posiciones en temas como el matrimonio y la familia.

Este viernes, en un encuentro con el cuerpo diplomático acreditado ante el Vaticano —formado por representantes de cerca de 200 países—, el nuevo pontífice aprovechó para perfilar su visión sobre los valores fundamentales que, en su opinión, deberían guiar a la sociedad.

León XIV fue claro: la Iglesia sigue defendiendo que la familia se basa en una “unión estable entre un hombre y una mujer”, una afirmación que recoge la agencia Associated Press y que apunta a una línea doctrinal continuista en cuestiones morales.

Da la bienvenida a los católicos LGBTQ+

El Papa León XIV comienza su pontificado con un mensaje firme en lo doctrinal y cargado de matices en lo pastoral. En su primer discurso ante el cuerpo diplomático del Vaticano, el nuevo pontífice abrió la puerta al diálogo con los católicos LGBTQ+, aunque sin modificar la postura tradicional de la Iglesia.

León XIV reiteró que los actos homosexuales siguen considerándose “intrínsecamente desordenados” según la doctrina católica, y reafirmó que el matrimonio, para la Iglesia, solo puede entenderse como la unión entre un hombre y una mujer.

El Papa también hizo hincapié en la defensa de la vida, denunciando tanto el aborto como la eutanasia. Afirmó que estas prácticas son reflejo de una “cultura del descarte” que, según él, amenaza la dignidad humana desde sus extremos más vulnerables: el inicio y el final de la vida.

Pide respeto para todas las personas

En su intervención, el Papa León XIV insistió en la necesidad de proteger a los más vulnerables de la sociedad, un mensaje que extendió más allá del debate moral. “Nadie está exento de esforzarse por garantizar el respeto a la dignidad de cada persona”, declaró, haciendo referencia explícita a los no nacidos, los ancianos, los enfermos, los desempleados, y también a los inmigrantes.

El pontífice subrayó que la defensa de la dignidad humana no puede limitarse a sectores específicos, sino que debe aplicarse de forma universal, sin distinciones. Con este enfoque, León XIV reafirma una visión social integral, donde la protección de la vida y los derechos humanos son inseparables del mensaje cristiano.