Expertos afirman que, según cuál sea nuestra lengua materna, tendremos mayor facilidad para aprender otro idioma

Recientes estudios determinan la prestancia de ciertas lenguas para incorporar otras de manera natural, según expertos.

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Por:

Cristian Ortega Mahan

26 de mayo de 2024, 4:01 a.m.

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Fuente: Pexels

La facilidad para aprender nuevos idiomas varía significativamente según la lengua nativa del aprendiz, con el español y el inglés, destacándose como puntos de partida para el aprendizaje de otras lenguas debido a su pertenencia a diferentes familias lingüísticas.

El portal alemán Berlitz, a través de la experta en traducción Elinor Zucchet, ofrece una visión detallada sobre cómo el español y el inglés pueden servir como base para el aprendizaje de otros idiomas.

Zucchet señala que el origen romántico del español lo conecta con lenguas como el italiano, portugués, francés y rumano, mientras que el inglés, con raíces en la familia germánica, facilita la comprensión de idiomas como el danés, neerlandés y noruego.

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Fuente: Pexel

Sobre el español

    El español, siendo la segunda lengua con más hablantes nativos a nivel mundial y hablado en 20 países de América Latina, pertenece a las lenguas romances, descendientes del latín vulgar. Esta relación directa con el latín hace que el italiano sea accesible para los hispanohablantes, gracias a su “claridad y musicalidad”, según destaca Zucchet. Además, el portugués comparte muchas similitudes con el español, lo que facilita su estudio.

Aunque el francés presenta una entonación diferente, comparte suficientes similitudes de vocabulario con el español para hacer su aprendizaje más sencillo de lo que se podría pensar. A pesar de su distancia geográfica y cultural, el rumano es notablemente accesible para los hispanohablantes debido a sus vínculos gramaticales con el español.

El gallego, con similitudes tanto con el portugués como con el español, es otro idioma que los hispanohablantes pueden aprender con relativa facilidad debido a su herencia lingüística compartida.

Estas interconexiones entre idiomas demuestran cómo la estructura gramatical, el vocabulario y otros aspectos lingüísticos influyen en la facilidad de aprendizaje de nuevas lenguas.

Fuente: Pexel

Qué pasa con el inglés

Por otro lado, el inglés, con sus raíces en las lenguas germánicas, facilita el aprendizaje de idiomas del norte y oeste de Europa, donde las conjugaciones de verbos son un rasgo común, según destaca un estudio del Foreign Service Institute (FSI) del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

El informe del FSI sugiere que para un hablante nativo de inglés, aprender danés, neerlandés o noruego a un nivel básico podría tomar aproximadamente 24 semanas, mientras que el alemán, con una estructura más compleja, requeriría alrededor de 36 semanas. En contraste, el español podría tomar unas 30 semanas para ser dominado desde el inglés.

Esta investigación revela las diferencias en la complejidad y cercanía lingüística entre estos idiomas en comparación con el inglés, y resalta cómo las estructuras idiomáticas influyen en los períodos de aprendizaje.

La traducción y el estudio de idiomas extranjeros, como el rumano para hispanohablantes o el noruego para angloparlantes, subrayan la importancia de la gramática, el vocabulario y la entonación en el proceso de aprendizaje.

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