Cuida tus pertenencias en la playa con este truco que evita robos

Hay personas que se aprovechan de nuestros descuidos y roban nuestras pertenencias en la playa, te recomendamos un truco infalible

Por:

José Banco

Ir a pasar el día a la playa es algo típico y más con las temperaturas altas de verano. Llevarte comida, bebidas frías, sillas, sombrillas y demás accesorios de playa que más te gusten es de lo más cómodo. Para intentar evitar ser víctimas de robos tan habituales de esta época, las personas buscan desesperadamente algún truco en las redes sociales. Lo ideal es que, si vas con amigos o familia, y quieren bañarse o acercarse a la orilla del mar, se turnen en parejas para no dejar solas todas las pertenencias.

Uno de los trucos más virales es el de llevarse un táper a la playa. Un recipiente vacío claro, sin nada dentro, que funcionará como una caja fuerte. En primer lugar, debes meter tus pertenencias más importantes dentro del táper, hacer un hueco en la arena y enterrarlo. Por ejemplo, puedes dejarlo debajo de la toalla o manta para ocultar todavía más las cosas.

Es importante cerrar bien el táper antes de enterrarlo en la arena y hacerlo a una distancia considerable de la superficie porque si alguien pasa por encima podría dañar el interior o que la propia arena entrase dentro. Después no te olvides de que tienes un táper enterrado con tus pertenencias porque cabe recordar que hay personas que pasan con su detector de metales para encontrar algo de valor.

Además, no puedes dejar de lado estos tips para pasar un día saludable

Protegerse del sol y del calor: los imprescindibles para la playa son las gafas de sol, un gorro de ala ancha, una botella de agua para mantenerse hidratado y crema solar con FPS de 30 o 50. De hecho, esta última debe aplicarse media hora antes de salir y repetirla cada dos horas o después de bañarse, incluso en días nublados.

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La radiación solar provoca quemaduras en la piel, así como otras consecuencias en el cabello y los ojos, si no se toman las precauciones necesarias. A esto se añade el efecto de las altas temperaturas, que, en casos graves, origina golpes de calor. Por todo eso, es fundamental protegerse del sol y del calor mientras estamos en la playa. Una de las principales medidas es evitar la exposición solar en horas centrales, de 12 a 17 horas.

Bañarse en el mar sin riesgos: antes de entrar en el agua, se debe prestar atención a las banderas, que avisan de la presencia de mareas, bancos de medusas u otra información. Sin embargo, en ocasiones, la medusas pueden pasar desapercibidas, por lo que es necesario saber cómo actuar en caso de cruzarnos con una, evitando nadar de forma muy enérgica o tocarla.

Precaución con la comida: ciertos alimentos, como los huevos o las carnes de ave, pueden estropearse a causa del calor y acabar originando gastroenteritis. Por eso, no es aconsejable llevar esos alimentos a la playa. Sí podemos llevar sandía ya cortada, sándwiches que no tengan mahonesa o ensaladas con el aliño aparte, pero todo ello es mejor que esté en neveras o bolsas térmicas. En casa, además, es fundamental manipular muy bien los alimentos, limpiar los utensilios de la cocina y mantener todo a temperatura adecuada.