50 años después: Así luce el primer niño de los chocolates Kinder

Günter Euringer sorprendió con su apariencia actual a medio siglo de ser el rostro de la marca italiana de chocolates

Por:

Nicolas Esteban Lafferriere

¿Os acordáis de la primera campaña de los chocolates Kinder? Aquellos carteles y comerciales que promocionaron el, entonces, nuevo producto en 1974 estaban protagonizados por un joven alemán que permaneció en el anonimato hasta hace poco, cuando decidió relatar su interesante historia.

¿Quién es Günter Euringer?

Nacido en 1963 en Múnich, Alemania, Günter Euringer tenía solo diez años cuando firmó un contrato con la empresa italiana Ferrero para ser el rostro de su marca infantil. A partir de allí, los chocolates de Kinder incluían el rostro de este joven en la paquetería y envoltorios que los contenían.

La sonrisa de Günter Euringer acompañó a toda una generación de jóvenes alrededor del mundo. En España lo hizo desde 1974, cuando la marca ya tenía seis años de existencia y el joven cumplía su primer año como el rostro de Kinder y sus dulces, como los chocolates y huevos con sorpresas.

La mítica chuchería contó con Euringer hasta 2005, año en que Ferrero finalizó su acuerdo con Euringer y renovó el rostro presente en sus productos. Durante su vida adulta, el ya no tan joven alemán se dedicó al mundo de la fotografía. Al mismo año que finalizó su acuerdo con Ferrero, Günter Euringer contó su historia al mundo a través del libro Das Kind der Schokolade (El Niño del Chocolate).

¿Cuánto cobró el rostro de Kinder?

“Su sonrisa adorna nuestros recuerdos del pasado. Los años setenta, ochenta y noventa”, asegura la sinopsis del libro. “Una historia llena de encanto y amabilidad del rostro publicitario más famoso de todos los tiempos. Un libro de culto generacional. Un trozo de hogar y un homenaje a los buenos viejos tiempos”.

La publicación reveló el lado menos dulce que cargaba Günter como la “mascota” de Kinder. El más destacado y controversial se encuentra en sus regalías. En sus más de 30 años como rostro de la marca, Ferrero no le dio un solo céntimo. Su único pago fueron 300 marcos de la época por la sesión, traducidos a casi 150 euros actuales.

Mientras Kinder celebra medio siglo de existencia, Günter Euringer cumplió 61 años alejado de la vida pública. Su historia sigue citada como un ejemplo del trato empresarial hacia sus rostros en el Siglo XX, además de ser recordado como el niño más reconocido de una generación a nivel global.