La historia real detrás del nombre de ‘El juego del calamar’, el éxito de Netflix

La segunda temporada de El Juego del Calamar ya se encuentra disponible en Netflix, y tiene muchas curiosidades que debes conocer.

Por:

Adonis Martínez

Han pasado más de tres años desde que El juego del calamar irrumpió en Netflix y cambió para siempre la forma en que vemos las series de supervivencia. Ahora, con la llegada de su segunda temporada, el fenómeno surcoreano vuelve a acaparar titulares, recordándonos por qué atrapó a millones de espectadores en todo el mundo.

La serie de Hwang Dong-hyuk, que dirá adiós en la tercera temporada, no solo ofrece tensión y adrenalina con sus juegos letales, sino que también funciona como un espejo de las desigualdades sociales y la desesperación económica. Más allá de la lucha por un premio millonario, El juego del calamar plantea una dura reflexión sobre hasta dónde puede llegar una persona cuando lo ha perdido todo.

Las historias reales que inspiraron El Juego del Calamar

La idea de El juego del calamar comenzó a gestarse en 2008, mucho antes de que el fenómeno global viera la luz en Netflix. Hwang Dong-hyuk, creador y director de la serie, comenzó a escribir el guion durante una etapa de dificultades económicas, una experiencia que influyó profundamente en la historia. Inspirado por la creciente desigualdad en Corea del Sur, Hwang decidió trasladar al contexto surcoreano una narrativa que ya había visto triunfar en otras producciones de supervivencia.

Entre sus principales referencias se encuentran obras japonesas como Battle Royale, As the Gods Will y Alice in Borderland. Todas ellas comparten un hilo conductor: personajes desesperados, atrapados en juegos mortales donde solo uno puede sobrevivir. Hwang tomó ese concepto y lo fusionó con las tensiones sociales y económicas que él mismo observaba y vivía en Corea, creando una historia que, aunque ficticia, refleja las presiones del mundo real.

Los juegos de su infancia, mezclados con las problemáticas adultas

Hwang Dong-hyuk tenía una idea clara: transformar los juegos de su infancia en una versión retorcida y letal que sirviera como reflejo de las dificultades de la vida adulta. Lo que alguna vez fueron simples pasatiempos de patio escolar se convirtieron en el centro de una narrativa oscura y brutal, donde la derrota significaba algo más que perder. Sin embargo, lo que hoy conocemos como El juego del calamar estuvo a punto de no ver la luz. En sus inicios, la propuesta fue rechazada por considerarse demasiado violenta y poco comercial.

A pesar de los rechazos, Hwang no abandonó el proyecto. Pasaron años hasta que, en 2018, Netflix detectó el potencial de la historia. Lo que para otros era arriesgado, para la plataforma era una apuesta innovadora. Un año después, en septiembre de 2019, se anunció oficialmente que la serie sería una producción original coreana bajo el nombre provisional de Round Six. Lo que comenzó como un proyecto sin inversores se convirtió en uno de los mayores fenómenos de la historia del streaming, demostrando que incluso las ideas más arriesgadas pueden encontrar su momento.