Adolescencia: identifica estos 5 comportamientos en tus hijos para saber si su educación es correcta

Presta atención a estas señales para conocer si tu hijo tiene buena educación.

author

Por:

Alexis Montiveros

Adolescencia, serie de Netflix
Foto: Netflix

Educar a un hijo nunca ha sido tarea fácil. Entre lo que aprenden en casa, lo que ven en la calle y lo que comparten con otros niños en el colegio, es normal que te preguntes si realmente estás haciendo un buen trabajo. ¿Qué comportamientos pueden ayudarte a identificar si tu hijo está bien educado? Según el psicólogo y docente Antonio Porcelli, la clave está en su capacidad para tolerar la frustración y en una serie de actitudes que reflejan una crianza emocionalmente saludable.

¿Tu hijo sabe esperar?

Uno de los indicadores más claros de una buena educación es la paciencia. Si tu hijo puede esperar su turno sin impacientarse, si acepta un “ahora no” sin montar una escena, estás ante una señal de que está desarrollando una tolerancia adecuada a la frustración. Aprender a esperar es una base emocional clave que le servirá durante toda su vida.

¿Insiste cuando algo no le sale?

La perseverancia es otra pista fundamental en la adolescencia. Si tu hijo está intentando algo difícil y, en lugar de rendirse, lo intenta una y otra vez, significa que está interiorizando una valiosa lección de resiliencia. En cambio, si se frustra con facilidad y abandona a la primera, puede que necesite más apoyo en ese aspecto.

¿Acepta que no siempre se hace lo que quiere?

Que un adolescente asuma que las cosas no siempre salen como él espera es un gran avance en su desarrollo emocional. Si tu hijo es capaz de aceptar una negativa sin enfadarse o de adaptarse a situaciones que no controla, está demostrando una comprensión madura del mundo que lo rodea.

¿Sabe perder y seguir disfrutando?

Otro comportamiento que revela una buena base emocional es la capacidad de afrontar la derrota. Si pierde un juego y sigue jugando, si no se desmotiva ni se enfada, está demostrando que ha aprendido a gestionar sus emociones de forma positiva.

¿Respeta las reglas, incluso cuando no le favorecen?

El respeto por las normas es necesario para la convivencia. Si tu hijo entiende y acepta las reglas —ya sea en casa, en el colegio o jugando con otros—, está mostrando que ha interiorizado límites saludables. Esto no significa obedecer ciegamente, sino comprender que hay acuerdos que nos permiten convivir en armonía.

¿Qué más puedes hacer para reforzar ese vínculo?

Más allá de estos comportamientos, también es importante cuidar el vínculo emocional con tu hijo. Gestos como un abrazo espontáneo, una caricia o simplemente escuchar sin juzgar, pueden fortalecer la relación de forma profunda. Evita convertir cada conversación en un interrogatorio y, en su lugar, muéstrate interesado en su mundo. Hablar de lo que le gusta, lo que le preocupa o lo que le hace reír, puede ser la mejor forma de conectar.

Temas relacionados