Las frases que más repiten quienes mienten todo el tiempo, según análisis de la lA

Un estudio basado en inteligencia artificial reveló las frases más comunes que usan las personas al mentir y cómo identificarlas puede ayudar a detectar engaños en conversaciones cotidianas.

¿Mentira o verdad? A veces, las palabras esconden más de lo que revelan. Según un reciente análisis basado en Inteligencia Artificial, ciertos patrones lingüísticos aparecen con llamativa frecuencia en discursos falsos.

Frases que pueden sonar cotidianas e inofensivas, en realidad, cumplen una función estratégica: desviar, justificar o encubrir inconsistencias.

De acuerdo al modelo de lenguaje estudiado, hay diez frases que los mentirosos tienden a repetir, no al azar, sino como herramientas para generar confianza o invalidar la percepción ajena antes de ser puestos en duda.

Algunas de estas expresiones intentan reforzar emocionalmente lo que se dice, otras buscan desviar el foco o minimizar una posible contradicción.

Las diez frases más usadas y que podrían poner en alertas:

• “Te lo juro por mi vida”
• “No vas a creer lo que me pasó”
• “No tengo por qué mentirte”
• “Me conocés, sabés que no soy así”
• “No recuerdo bien, pero…”
• “Nunca haría algo así”
• “Estás exagerando”
• “No me creés porque no querés entender”
• “Si no me creés, preguntale a…”
• “Estás confundido, eso no pasó así”

Según los especialistas, estas expresiones no son una prueba concluyente de que alguien miente, pero sí un indicio para prestar atención.

Por ejemplo, frases como “no tengo por qué mentirte” busca establecer una supuesta transparencia sin ofrecer datos concretos, mientras que otras como “estás confundido, eso no pasó así” intentan desacreditar al interlocutor antes de que este cuestione el relato.

Entender estos patrones no es una invitación a desconfiar de todo, sino una herramienta para observar cómo funciona el lenguaje en contextos sensibles. Reconocer estas frases permite detectar posibles manipulaciones o al menos, cuestionarse si hay algo más detrás de lo dicho. Porque, como se suele decir, a veces la mentira se esconde entre líneas.