Un norteamericano compró un pueblo en España por solo 310 mil euros

Salto de Castro, el pueblo abandonado que parecía una postal detenida en el tiempo, se convirtió en símbolo de esperanza y también de realidad.

Por:

Matías Torino

Por el mismo precio que cuesta un apartamento modesto en el centro de Madrid, un empresario californiano adquirió un pueblo entero en el noroeste de España.

En 2023, Jason Lee Beckwith pagó 310.000 euros por Salto de Castro, una aldea deshabitada ubicada en la provincia de Zamora. La operación, insólita por su escala y bajo costo, llamó la atención de medios internacionales.

¿Cómo terminó un pueblo entero en manos de un empresario californiano por 310.000 euros?

Beckwith, sin hablar español ni tener experiencia en desarrollo rural, descubrió Salto de Castro navegando por un portal inmobiliario. Lo que vio fue un conjunto de 44 viviendas, una iglesia, un bar, una escuela, una piscina y una antigua casona de ingenieros, todo en estado de abandono.

Atraído por el entorno natural, una reserva de la biosfera reconocida por la UNESCO y por su potencial turístico, no dudó: “Me enamoré del lugar. Sentí una conexión inmediata, aunque no sabía realmente en lo que me estaba metiendo”.

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¿Cuáles son los desafíos reales tras comprar un pueblo de bajo costo?

Lo que parecía una oportunidad soñada pronto reveló su complejidad. La historia de Salto de Castro no es única, forma parte del fenómeno de la “España vaciada”, donde pueblos enteros se venden a precios accesibles. Sin embargo, revivir estas comunidades requiere mucho más que una inversión inicial.

Aunque la compra fue económica, Beckwith calcula que necesitará entre cinco y seis millones de euros para rehabilitar el pueblo y convertirlo en un complejo turístico autosostenible.

A esto se suman exigencias legales, permisos administrativos y obstáculos logísticos que han frenado cualquier avance visible hasta ahora.

Un sueño aún en construcción

Jason Lee Beckwith creó una sociedad limitada en España, comenzó a aprender el idioma y trabaja con asesores locales para trazar un plan viable.

Sin embargo, el empresario californiano admite que sin apoyo público e inversores, su plan podría paralizarse. Su caso evidencia que revivir un pueblo va más allá de la compra, requiere tiempo, recursos y un esfuerzo conjunto.