Cónclave: quién es el español encargado de la música durante la elección del nuevo papa

Se trata de un organista titular de la basílica de San Pedro y figura clave en la ceremonia de apertura del Cónclave.

En uno de los momentos más solemnes de la Iglesia católica, la elección del próximo papa, un músico español será el encargado de acompañar con su interpretación algunos de los pasajes litúrgicos más cargados de simbolismo. Se trata de Josep Solé, organista titular de la basílica de San Pedro y figura clave en la ceremonia de apertura del Cónclave.

Nacido en Sabadell y residente en Italia desde hace más de 25 años, Solé ha participado en los dos últimos funerales papales —el de Benedicto XVI y el de Francisco—, y volverá a tener un papel central en la procesión que conduce a los cardenales desde la basílica hasta la Capilla Sixtina, momento en el que se canta el Veni Creator.

¿Cuál es su papel durante el Cónclave?

Josep Solé tiene a su cargo la música que acompaña la misa Pro Eligendo Pontifice, la última liturgia a la que asisten los cardenales antes de enclaustrarse, así como el himno que se entona en la procesión que marca el inicio del encierro. Ambas piezas son fundamentales en el rito de invocación al Espíritu Santo, al que los purpurados encomiendan la inspiración necesaria para designar al sucesor de San Pedro.

Además, Solé actúa como acompañante del coro de la Capilla Sixtina, cuyas intervenciones durante el cónclave son seguidas por millones de personas en todo el mundo.

¿Cómo llegó Josep Solé a ocupar este cargo?

Su vinculación con la música sacra en Roma comenzó en la basílica de Santa María la Mayor, donde en 2009 tuvo que sustituir a un organista enfermo cinco minutos antes de una misa, sin previo ensayo. Su actuación fue bien recibida y, desde entonces, fue ganando presencia hasta ser nombrado organista titular de San Pedro en 2018. Curiosamente, su antecesor en el puesto fue también catalán, Joan Paradell.

¿Qué papel jugó en los funerales de Benedicto XVI y Francisco?

En el funeral de Francisco, celebrado el pasado 26 de abril, Solé formó parte de un equipo que comenzó a preparar la música desde febrero, cuando el estado de salud del papa argentino empezó a empeorar. Aunque había preparado una adaptación para órgano de la Sonata Patética de Beethoven, compositor favorito de Bergoglio, la rigidez del protocolo litúrgico impidió que fuera interpretada.

En cambio, en el funeral de Benedicto XVI sí pudo rendirle un homenaje musical más personalizado, con la ejecución de obras de Bach, uno de los compositores predilectos del papa alemán. Según Solé, Ratzinger era un pontífice melómano que incluso pedía piezas concretas y se interesaba activamente por la labor del coro.

¿Qué desafíos enfrenta al tocar en San Pedro?

A pesar de su prestigio, Solé no oculta las dificultades técnicas que supone tocar en la mayor iglesia del mundo, cuya arquitectura monumental compromete la acústica. Con muros de 120 metros de altura, tanto los cantantes como el órgano deben ser microfonados cuidadosamente para asegurar una calidad sonora adecuada.

Para Solé, cada participación es más que una actuación: representa una responsabilidad artística y espiritual. “Lo que hacemos lo escucha el mundo entero”, afirma, consciente de que el eco de sus notas resuena no solo en la basílica, sino también en millones de hogares.