Los 3 secretos que callan los jardineros para un césped verde los 365 días del año

Existen técnicas sencillas y efectivas que los jardineros más experimentados aplican con resultados sorprendentes.

Por:

Alexis Montiveros

Con las heladas, el calor extremo o la falta de lluvia, mantener un césped verde los 365 días del año puede parecer una tarea inalcanzable. Sin embargo, existen técnicas sencillas y efectivas que los jardineros más experimentados aplican con resultados sorprendentes. Estas estrategias no requieren grandes gastos ni maquinaria profesional y pueden marcar la diferencia en cualquier jardín doméstico.

¿Por qué es importante resembrar con semillas de temporada?

Uno de los secretos mejor guardados entre los expertos es la resiembra estratégica. Esta técnica consiste en reforzar el césped existente con semillas nuevas, seleccionadas según la estación del año. En otoño, por ejemplo, se utilizan variedades de estación fría, capaces de germinar rápidamente y resistir mejor las bajas temperaturas.

Tras esparcir las semillas, conviene mantener el terreno húmedo durante al menos dos semanas, preferiblemente regando por la mañana o al atardecer para evitar la evaporación. Además de mejorar el aspecto visual, este proceso densifica el césped y dificulta el crecimiento de malas hierbas.

¿Cómo ayuda airear el suelo del jardín?

La aireación del terreno es otro paso esencial que suele pasarse por alto. El uso diario del jardín, junto con el peso de muebles o el tránsito habitual, compacta la tierra y dificulta que el agua, el oxígeno y los nutrientes alcancen las raíces.

Este procedimiento se puede realizar con herramientas manuales o con rodillos especializados, y se recomienda hacerlo al menos una vez al año, idealmente en primavera u otoño, cuando el césped se encuentra en fase de crecimiento. Un suelo bien aireado favorece raíces más profundas y resistentes, capaces de soportar mejor sequías, heladas y enfermedades.

¿Cuándo y cómo debe aplicarse el fertilizante?

El tercer recurso clave es el uso de fertilizantes de liberación lenta, que aportan nutrientes de forma gradual y sostenida. En el caso del césped, el nitrógeno es el elemento más relevante, ya que estimula el crecimiento de hojas verdes y saludables.

Aplicar fertilizante rico en nitrógeno al inicio del otoño ayuda a fortalecer el sistema radicular antes del invierno. Lo mejor es evitar su aplicación justo antes de lluvias intensas, ya que esto podría arrastrar los nutrientes y reducir su efectividad.