Carrefour, Alcampo y Lidi: las etiquetas engañosas en un producto cotidiano que llevan al error de los consumidores

Agricultores y consumidores denuncian que grandes cadenas violan la normativa europea de etiquetado y generan confusión entre los compradores.

Por:

Matías Torino

En los últimos meses, los supermercados Carrefour, Alcampo y Lidl han sido señalados por una práctica que preocupa tanto a productores agrícolas como a consumidores: el uso de etiquetas que no reflejan con precisión el origen real de productos frescos, como el tomate.

En especial, se ha detectado que tomates cherry cultivados en el Sáhara Occidental están siendo comercializados bajo la etiqueta “Origen Marruecos”, lo cual representa una infracción directa a las normas de información al consumidor establecidas por la Unión Europea.

Esta situación fue denunciada por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, que exige al Ministerio de Consumo la aplicación inmediata de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, emitida en octubre de 2024.

Dicha sentencia establece que el etiquetado de frutas y hortalizas debe indicar con precisión el país o territorio de origen. Y, en este caso, deja claro que el Sáhara Occidental no forma parte del Reino de Marruecos.

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“La venta de tomates con una indicación de origen falsa vulnera los derechos de los consumidores e impacta negativamente en los productores locales que compiten en desventaja”, explicó Andrés Góngora, portavoz del sector de frutas y hortalizas de COAG.

“Además, se trata de un territorio con un estatus político especial y comercializar productos de esa zona como marroquíes es inaceptable”, agregó.

Uno de los aspectos más críticos del caso es que en la práctica, los consumidores están comprando un producto pensando que fue cultivado bajo estándares europeos o en condiciones similares a las locales, cuando en realidad procede de un territorio donde el control sobre el uso de pesticidas es mucho más laxo.

Desde las organizaciones agrarias también advierten que, si bien este tipo de prácticas ya se ha detectado en productos como el tomate o el melón, no se descarta que pueda estar ocurriendo con otras frutas y verduras importadas, lo que subraya la urgencia de implementar un mayor control en fronteras y supermercados.

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“La etiqueta debe ser una garantía de origen y calidad, no una herramienta de confusión o engaño”, concluyó Góngora. Por ahora, ni Carrefour, ni Alcampo, ni Lidl han emitido declaraciones públicas detalladas sobre los señalamientos.

La presión, sin embargo, aumenta tanto desde el campo como desde los hogares, donde se espera que lo que dice una etiqueta refleje la verdad.