El truco del ascensor: la técnica psicológica que te ayuda a dormir en minutos

Una visualización guiada y relajante que promete ayudarte a desconectar la mente y dormir más rápido sin usar pastillas ni pantallas.

Por:

Adonis Martínez

Dormir bien es mucho más que una cuestión de descanso: influye directamente en el rendimiento diario, el estado de ánimo y la salud a largo plazo. Sin embargo, cada vez son más las personas que, pese a probar rutinas saludables, aplicaciones de meditación o incluso remedios naturales, siguen dando vueltas en la cama sin conseguir desconectar. Frente a esta situación, resurgen técnicas mentales que apuestan por la simplicidad y la conexión mente-cuerpo para lograr el ansiado sueño reparador.

Una de estas técnicas es el llamado “truco del ascensor”, una propuesta del psicólogo estadounidense Jeffrey Bernstein. Se trata de un ejercicio de visualización sencillo, diseñado para ayudar a la mente a relajarse gradualmente, como si descendiera planta por planta hasta llegar al sueño profundo. No requiere tecnología, ni música, ni luces especiales: solo cerrar los ojos e imaginar.

Bernstein defiende que esta práctica puede ser especialmente útil en casos de insomnio leve o cuando cuesta desconectar tras un día cargado de estímulos. Lo explicó en una reciente entrevista, donde detalló cómo incorporar este pequeño ritual nocturno a la rutina diaria puede marcar la diferencia entre una noche de vueltas y un descanso real.

¿Cómo funciona el truco del ascensor?

La clave del llamado “truco del ascensor” está en utilizar la imaginación como una herramienta para inducir la relajación. La técnica propone cerrar los ojos y visualizarse dentro de un ascensor, observando cómo las puertas se cierran y el descenso comienza lentamente. Cada planta recorrida simboliza un paso más hacia un estado de calma profunda, guiando al cuerpo y a la mente hacia la desconexión necesaria para conciliar el sueño.

Jeffrey Bernstein, creador del método, explica que este proceso simbólico no es casual. A medida que uno se imagina bajando pisos, el cuerpo acompaña ese descenso con cambios reales: la frecuencia cardíaca disminuye, los músculos se relajan y el sistema nervioso reduce su actividad. Es, en esencia, una forma de entrenar al cuerpo para que reproduzca los primeros momentos del sueño sin necesidad de fármacos ni estímulos externos.

Además, centrar la mente en una imagen sencilla y repetitiva como la del ascensor permite alejarse de los pensamientos intrusivos que suelen aparecer al acostarse. Al desviar el foco de atención de las preocupaciones diarias hacia esta visualización controlada, se crea un espacio mental más tranquilo, ideal para dejarse llevar por el sueño sin forzarlo.

Los beneficios de este método

Muchos expertos en técnicas de relajación coinciden en que los ejercicios de visualización son herramientas valiosas para mejorar la calidad del sueño. A diferencia de métodos que dependen de sonidos, luces o aplicaciones, este tipo de práctica fortalece la capacidad de autorregulación mental. Al imaginar escenas concretas, la persona aprende a generar una sensación de calma desde dentro, sin depender de elementos externos que pueden volverse menos efectivos con el tiempo.

El “truco del ascensor”, en particular, destaca por su enfoque gradual. En lugar de buscar una desconexión inmediata, propone un tránsito suave hacia la relajación, lo que facilita que cuerpo y mente entren en sintonía. Esta progresión resulta más natural y respetuosa con los ritmos fisiológicos del sueño, ayudando a quienes buscan una forma sencilla y eficaz de preparar su descanso nocturno.