Dolor por la muerte de Blanca Ojanguren, la española víctima de un elefante en Tailandia

La tragedia ha conmocionado al país por sus características y la joven víctima, quien estaba de vacaciones con su novio a la espera de retornar a Taiwán para proseguir con su intercambio universitario.

Por:

Cristian Ortega Mahan

La sociedad española y la comunidad estudiantil de Taiwán quedaron conmocionadas el pasado viernes al conocer la trágica noticia de la muerte de Blanca Ojanguren García, una joven española de 22 años, originaria de Valladolid.

Blanca, quien cursaba Derecho y Relaciones Internacionales en la Universidad de Navarra, falleció en Tailandia tras ser atacada por un elefante durante una actividad turística en el centro de cuidado de paquidermos Koh Yao Elephant Care, en la isla de Yao Yai.

¿Qué ocurrió?

Blanca se encontraba de vacaciones en Tailandia con su novio, un soldado de Oviedo que presenció el ataque. La pareja esperaba regresar a Taiwán para continuar con su intercambio universitario. Blanca había llegado a Taiwán a finales de agosto junto a otros estudiantes españoles para realizar una rotación de seis meses. A finales de año, los estudiantes decidieron viajar a diferentes destinos cercanos, siendo Tailandia el elegido por Blanca y su novio.

El ataque ocurrió mientras Blanca bañaba al elefante, momento en el que el animal la empujó con la trompa, causando un golpe letal. Según la Policía de Yao Yai, inicialmente se informó que el elefante había clavado uno de sus colmillos en la joven, pero posteriormente se confirmó que fue el empujón lo que provocó su muerte.

Te podría interesar

Tragedia en Coaña: quiénes son las víctimas y cómo avanza la investigación

Estados Unidos: ahora una avioneta con 6 pasajeros se estrelló en Nueva York

El Ministerio de Asuntos Exteriores de España confirmó el fallecimiento de Blanca y aseguró que el Consulado en Bangkok está brindando apoyo a los familiares de la víctima. Se espera que los familiares lleguen a Tailandia para agilizar los trámites de repatriación.

El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, expresó sus condolencias a través de X (Twitter), extendiendo su más sentido pésame a la familia de Blanca y al colegio Pinoalbar, donde estudió la joven.

Turismo y animales salvajes

El incidente ha reavivado el debate sobre la seguridad y ética de las actividades turísticas que involucran animales salvajes. En Tailandia, bañar elefantes es una práctica popular entre los turistas, pero los expertos advierten sobre los riesgos tanto para las personas como para los animales. Según el Instituto Nacional de Investigación y Servicio de Salud de Elefantes, en 2024 se registraron 39 muertes por ataques de fauna salvaje.

Se trata de la segunda muerte de un ciudadano español en pocos meses debido a un ataque de elefante. En julio, Carlos Luna, de 43 años, falleció en Sudáfrica al ser pisoteado por un elefante durante un safari. Las actividades con elefantes están bastante extendidas en Tailandia, aunque la mayoría de los incidentes ocurren con ejemplares salvajes que cruzan hacia áreas habitadas por personas debido a la pérdida de su hábitat natural.

En los últimos 12 años, se han producido 240 muertes a causa de ataques de elefantes salvajes, con 39 víctimas mortales en 2024, según datos del Departamento de Parques Nacionales citados por el diario The Nation. Este departamento calcula que más de 4.000 elefantes salvajes viven en santuarios, parques nacionales y reservas naturales de Tailandia, una población en aumento, aunque aún muy por debajo de los 300.000 paquidermos que habitaban el país hace más de un siglo. Además, se estima una población similar de elefantes domésticos utilizados en espectáculos turísticos.

Antiguamente, miles de elefantes eran empleados en la industria maderera, pero tras la prohibición de la tala en 1989, comenzaron a ser exhibidos en las calles para pedir limosna y en centros de espectáculos lúdicos. Aunque esta práctica ha disminuido, los debates sobre la seguridad y bienestar de los elefantes continúan siendo un tema relevante en el país.