Hombre muere en Madrid por el disparo de un policía al que quería embestir

Cuando los agentes intentaron detener al conductor, este respondió embistiendo el coche patrulla en lugar de detenerse.

Por:

Adonis Martínez

Un hombre ha perdido la vida este pasado miércoles en Madrid tras recibir un disparo por parte de un agente de la Policía Nacional. La tragedia ocurrió después de que el conductor embistiera un coche patrulla que le había dado el alto. A pesar de los esfuerzos por salvarlo, el hombre no logró sobrevivir a las heridas.

El conductor, que contaba con antecedentes penales, fue detenido tras el incidente, pero las heridas que sufrió a causa del disparo en el costado resultaron mortales.

El hombre había sido atendido inmediatamente tras el tiroteo, pero lamentablemente no pudo recuperarse. Las autoridades continúan investigando los detalles de este trágico suceso.

Así sucedió todo

El suceso ocurrió alrededor de las 13:45 horas en la calle Sinesio Delgado, en Madrid, cuando un coche patrulla intentó detener a un vehículo que, en lugar de hacer caso al alto, embistió al vehículo policial. La maniobra provocó una rápida reacción de los agentes, uno de los cuales disparó al conductor para defenderse de la agresión.

El hombre, que sufrió una herida grave en el costado, fue inmediatamente trasladado al Hospital de La Paz, donde, lamentablemente, no pudo superar sus heridas y falleció poco después de ingresar. Las autoridades han comenzado a investigar el incidente para aclarar los detalles de lo ocurrido.

Mientras tanto, la Policía Nacional continúa trabajando en la investigación. La identidad del fallecido y los motivos detrás de su comportamiento aún están siendo analizados por los investigadores.

¿En qué ocasiones puede disparar un agente de la Policía Nacional?

Los agentes de la Policía Nacional pueden utilizar su arma de fuego en situaciones excepcionales y bajo estrictas condiciones. Según el Reglamento sobre el Uso de la Fuerza de la Policía Nacional, el uso de armas de fuego se considera como último recurso y solo en casos de legítima defensa propia o de terceros, o cuando exista un peligro grave e inminente para la vida de las personas o para garantizar el orden público.

Además, el uso de la fuerza debe cumplir con los principios de necesidad, oportunidad y proporcionalidad. Esto significa que los agentes deben recurrir a medios no violentos siempre que sea posible y utilizar la fuerza de manera que minimice el riesgo de daños innecesarios.