Se revela la relación entre el difunto Papa Francisco y ETA

El grupo terrorista de País Vasco se comunicó con el Papa argentino para uno de los momentos históricos de España.

Por:

Adonis Martínez

Foto: Tiziana FABI / AFP

La figura del papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril, dejó una huella que traspasó los límites de la Iglesia. Desde su funeral han ido saliendo a la luz detalles desconocidos hasta ahora, que evidencian el alcance de su influencia. Entre ellos destaca una revelación reciente que ha sorprendido a muchos.

Según ha publicado este lunes el portal Naiz, la organización terrorista ETA envió en enero de 2014 una carta dirigida al pontífice argentino. En ella, el grupo solicitaba su “bendición pública” y su “apoyo moral” para reforzar el proceso de abandono de la violencia y desarme, que había comenzado tres años antes, en 2011.

En la misiva, reproducida íntegramente por Naiz, ETA apelaba a la autoridad espiritual del papa para respaldar lo que calificaban como una nueva etapa en Euskadi. En el texto, se referían al “conflicto secular” del País Vasco, marcado —según sus propias palabras— por episodios “descarnados, crueles e inhumanos” a lo largo de la historia.

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Así era el contenido de la carta

Lejos de eludir su responsabilidad, el grupo reconoce en la misiva el sufrimiento generado. “Nuestra organización, Euskadi Ta Askatasuna (ETA), es fruto de esta realidad, pero también responsable del dolor causado”, admiten sin rodeos. Añaden, además, que no tienen intención de minimizar ni esquivar su implicación en los hechos violentos del pasado.

Ante las dificultades para avanzar en el proceso, ETA consideró fundamental contar con el respaldo de figuras con autoridad moral. Por este motivo, pidieron al papa Francisco que valorase la posibilidad de ofrecer su “bendición pública” y “apoyo moral” a los próximos pasos hacia el fin definitivo de la lucha armada. La carta subraya que un gesto así podría ser clave para impulsar la búsqueda de la paz en el País Vasco.

El Papa nunca contestó a la carta

Aunque la carta enviada por ETA no obtuvo respuesta formal, tal y como recoge Naiz, el Vaticano sí permitió que el primer acto simbólico del desarme tuviera lugar en un espacio vinculado a la Iglesia. Este encuentro se celebró en febrero de 2014 en la casa parroquial de Zokoa, situada en el País Vasco francés, marcando un paso importante en el camino hacia el abandono definitivo de la violencia.

Años más tarde, en abril de 2017, el desarme final fue escenificado en Bayona con la participación de Matteo Zuppi, entonces arzobispo de Bolonia y hoy presidente de la Conferencia Episcopal italiana. Pese a su implicación, el Vaticano aclaró posteriormente que Zuppi asistió a título personal y no como representante oficial de la Santa Sede.

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