El significado de sentir olor a través de la televisión

Los expertos dieron una explicación de los motivos por los que nuestra mente percibe esos aromas. Sin embargo, es difícil que se implemente en el cine y la televisión.

Por:

Luciana Godoy

En ocasiones, y sobre todo cuando tenemos hambre, vemos publicidades o programas en donde la comida es la protagonista, la cual imaginariamente sentimos su rico aroma. Lo mismo sucede cuando observamos escenas de lluvia u otras situaciones que exhibe la televisión, y nuestra mente nos recuerda ese olor. Pero, ¿Qué significa sentirlo? Además, te explicamos que significa oler a tabaco de la nada.

¿Cuál es el significado de sentir olor a través de la televisión?

Algunos expertos aseguraron que la sensación de “oler” algo a través de la televisión es un tipo de experiencia espiritual, donde la mente o el alma del espectador está abierta a recibir información más allá de los estímulos físicos. Asimismo, te explicamos por qué hueles a ruda de la nada.

Es por eso que es posible que la imagen vista en la televisión despierte emociones, recuerdos o energías que se manifiestan a través de olores, los cuales pueden tener un significado simbólico o ser interpretados como señales de la espiritualidad o de conexiones más profundas con el entorno energético.

¿Por qué el televisor no transmite aromas?

Es difícil pensar los motivos por los cuales los inventores no se aventuraron a crear un método para que los espectadores puedan sentir aromas durante la transmisión. Es que al haber implementado el sistema 3D en donde podemos ver de cerca algunas escenas, o el 4D que nuestro asiento se mueve o percibimos una ligera llovizna, no podríamos considerar porque no también agregan el olor.

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Aun así, los expertos aseguraron que predecir y recrear olores artificialmente bajo demanda es extremadamente difícil y, a su vez, algunos aromas son de propiedad privada, por lo que significaría un gasto más a la producción.

Otro punto a tener en cuenta es el relacionado con los olores que nos parecen repugnantes: a menudo son individuales y dependen de pequeñas diferencias en nuestros genes.

Así lo afirmó David Edwards, bioingeniero de la Universidad de Harvard, quien fue inventor de un “altavoz de esencia digital” que llamó Cyrano. Lanzado en 2016, era un sistema basado en cartuchos que podía generar alrededor de diez o más olores diferentes. Cada unidad costaba unos 49 dólares. En general, según cuenta, los consumidores no lo entendían y la mayoría de los dispositivos acabaron acumulando polvo en un cajón porque la gama de olores era muy repetitiva y la gente no cambiaba los cartuchos.

Por último, está el problema del Covid, el cual hace que muchos espectadores se rehusen a usar dispositivos que comprometan su olfato.

Así y todo, tendremos que aceptar los inventos que hay y esperar una nueva revolución en el cine y en la televisión.