Di adiós a los ladridos: cómo enseñarle a tu perro a callarse en algunos momentos

Un adiestrador mexicano propone un método en tres niveles basado en refuerzo positivo que transforma la conducta desde la raíz.

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Por:

Matías Torino

Di adiós a los ladridos: cómo enseñarle a tu perro a callarse en algunos momentos
Los ladridos son parte natural del lenguaje canino. Fuente: Freepik.

Para muchos, tener un perro en casa es sinónimo de alegría, fidelidad y afecto constante. Pero cuando los ladridos se vuelven excesivos, esa convivencia armoniosa puede transformarse en una fuente de tensión para la familia y también para los vecinos.

El ladrido es una de las principales formas de comunicación de los perros y lo utilizan para expresar desde entusiasmo hasta miedo, ansiedad o sensación de amenaza. Sin embargo, cuando esta conducta se vuelve persistente o desproporcionada, es necesario intervenir.

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Los ladridos son parte natural del lenguaje canino. Fuente: Freepik.

En lugar de aplicar castigos o recurrir a dispositivos electrónicos, el adiestrador canino Baruch Correa, popular en TikTok por sus consejos efectivos, propone un método dividido en tres etapas, basado en el refuerzo positivo y la comprensión del comportamiento canino.

Cómo enseñar a tu perro a dejar de ladrar sin castigos ni dispositivos invasivos

Paso 1: Reforzar el ladrido para identificarlo

Puede parecer contradictorio, pero el primer paso del método consiste en premiar al perro cuando ladra. Según Correa, esto permite al animal asociar el ladrido con una recompensa y a la vez, al tutor identificar mejor el momento exacto en que se produce.

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Los ladridos son parte natural del lenguaje canino. Fuente: Freepik.

Esta etapa, aunque momentáneamente pueda aumentar los ladridos, sienta las bases para el aprendizaje posterior.

Paso 2: Enseñar la orden de silencio

Una vez el perro empieza a ladrar por el premio, se introduce la orden de “ya” o “basta”. La clave está en pronunciar la palabra justo cuando el perro se detiene y antes de darle el premio.

Así, comienza a asociar el silencio con una consecuencia positiva. Según Correa, esta etapa es fundamental para avanzar hacia un control real del ladrido.

Paso 3: Alternancia controlada entre ladrar y callar

En la última fase, el perro empieza a entender cuándo ladrar y cuándo guardar silencio. Alterna entre ambos comportamientos de forma voluntaria, lo que facilita que el tutor pueda dar la orden y recibir una respuesta inmediata. Para consolidar el aprendizaje, se recomienda repetir el ejercicio durante sesiones de cinco minutos diarios.

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Los ladridos son parte natural del lenguaje canino. Fuente: Freepik.

Un método que fortalece el vínculo

Más allá de reducir los ladridos, este entrenamiento mejora la comunicación y fortalece el vínculo entre el perro y su humano. “Eso te llevará de un perro desordenado a uno extraordinario”, afirmó Correa, quien recalca que la clave está en la constancia y en evitar métodos agresivos.

Este tipo de adiestramiento consciente se convierte en una herramienta valiosa para mejorar la convivencia y entender mejor a nuestras mascotas. Porque enseñar no es imponer, es conectar.

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