Así fue como la policía logró engañar a Maje, la viuda de Patraix y protagonista en Netflix

Con ayuda del hermano de la víctima, Maje cayó en la trampa de la forma más tonta posible.

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Por:

Adonis Martínez

Maje
Así fue como Homicidios logró hacer que Maje cayera en la trampa. Fuente: Península ES.

El estreno de La viuda negra en Netflix ha reavivado el interés por uno de los crímenes más mediáticos de los últimos años en España. Para muchos espectadores, esta historia real ha sido todo un descubrimiento: un caso cargado de engaños, relaciones ocultas y un desenlace tan impactante como inquietante. La serie, presentada en formato de ficción, no solo atrapa por su narrativa, sino por la frialdad con la que se reconstruyen los hechos.

Uno de los momentos clave del relato llega cuando se muestra cómo la Policía Nacional tendió una trampa a Maje para lograr que se delatara a sí misma. El Grupo de Homicidios desplegó una estrategia calculada que terminaría siendo decisiva en el avance del caso y en la posterior condena.

La hija de la viuda de Patraix
Esto debes saber sobre el padre de la hija de Maje, una historia algo curiosa. Fuente: Producción en Canva PRO y La Península.

Maje, una joven enfermera de 26 años, se había casado con Antonio en 2016. Lo que parecía una vida estable escondía una red de infidelidades: hasta cuatro relaciones paralelas mantenía durante su matrimonio, una de ellas con Salvador, un compañero de hospital veinte años mayor que ella. La doble vida de Maje, y la manera en que todo terminó, sigue generando asombro entre quienes descubren su historia por primera vez.

Así fue la trampa de la policía para capturar a Maje

    A finales de diciembre, la investigación dio un giro decisivo. Los agentes del Grupo de Homicidios idearon una jugada psicológica para hacer caer a Maje: pidieron a su cuñado que le comunicara que la Policía ya había identificado al asesino de su marido. Aquella mentira cuidadosamente calculada fue suficiente para sembrar el miedo. Tal como muestra La viuda negra, el nerviosismo se apoderó de ella y no tardó en buscar una salida.

La respuesta fue una cita con Salva, el amante que lo había arriesgado todo por ella. Se vieron en una cafetería de Torrent, sin saber que la Policía lo tenía todo preparado. Un agente de paisano grabó su conversación desde una mesa cercana. Allí, entre frases a medias y silencios tensos, salieron a la luz detalles clave: la entrega de las llaves del garaje y una confesión encubierta que revelaba la implicación de ambos en el crimen.

Salva, atrapado entre la culpa y el amor, se ofreció como escudo, asumiendo toda la responsabilidad para protegerla. Pero la verdad tiene sus propios tiempos, y cuando descubrió que Maje tenía otros amantes, su versión cambió. Lo que parecía una historia de pasión terminó siendo un juego de manipulación y traición en el que ambos intentaron salvarse a costa del otro.

Y al final, Salva confesó

Dolido por la traición y arrinconado por las pruebas, Salva terminó confesando. Reconoció que el asesinato no fue una decisión impulsiva, sino un plan premeditado entre los dos. Maje le había entregado las llaves del garaje y acordaron una señal: él cambiaría su estado de WhatsApp cuando Antonio estuviera muerto, para que ella supiera que todo había salido según lo previsto.

En un gesto que selló su implicación definitiva, Salva guió a los investigadores hasta una finca de su propiedad en Ribarroja del Turia. Allí, oculto en el fondo de un pozo, había escondido el arma del crimen: un cuchillo de 24 centímetros que terminó convirtiéndose en la prueba física más contundente del caso.

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