Un cura, a prisión por robar 360.000 de su parroquia, en Cádiz

Todo esto tras ser acusado de apropiación indebida, el dinero era de tributos de los asistentes a la iglesia cada domingo.

Por:

Adonis Martínez

La Audiencia Provincial de Cádiz ha sentenciado al sacerdote Antonio Casado a dos años y medio de prisión por apropiación indebida continuada. El fallo judicial confirma que, entre 2014 y 2018, desvió más de 366.000 euros de la parroquia del Divino Salvador, en Vejer de la Frontera, donde ejercía como párroco.

Las investigaciones revelaron que Casado transfirió el dinero a cuentas bancarias a su nombre y a las de Miguela Domingo, considerada su pareja de hecho. Ambos fueron condenados en el mismo proceso por su implicación en la malversación de fondos parroquiales.

El tribunal determinó que el sacerdote se aprovechó de su posición para gestionar los recursos de la parroquia sin justificación alguna.

Alegó amenazas en su contra

Antonio Casado alegó haber sido víctima de amenazas relacionadas con un proceso de adopción, afirmando que le exigieron más dinero bajo la amenaza de perder al niño. Sin embargo, el tribunal rechazó esta versión, ya que las transferencias bancarias ocurrieron varios años después de la adopción y no se hallaron pruebas que respaldaran su denuncia de extorsión.

La investigación reveló que el sacerdote efectuó 167 transferencias desde las cuentas de la parroquia con el objetivo de enriquecerse junto a Miguela Domingo. Esta última admitió su participación en los hechos y devolvió 165.300 euros como compensación, lo que le permitió reducir su condena a seis meses de prisión.

Antes de este juicio, Casado ya había sido sancionado por el Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica en España. En esa ocasión, fue declarado culpable de administración desleal y sustracción de bienes eclesiásticos, lo que le costó una suspensión de tres años en el ejercicio sacerdotal.

De 8 a 2 años y medio de prisión

La Fiscalía, en un principio, pidió una condena de ocho años de prisión para Antonio Casado. No obstante, durante el juicio, redujo su solicitud a cuatro años, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde que se descubrió el caso y el dinero devuelto por Miguela Domingo.

A pesar de esta rebaja, la Audiencia Provincial decidió imponer una pena aún menor. Finalmente, el tribunal sentenció al sacerdote a dos años y medio de prisión por apropiación indebida continuada.

Esta decisión judicial tuvo en cuenta diversas atenuantes, aunque dejó claro que Casado abusó de su posición para desviar fondos de la parroquia. Su condena refleja la gravedad del delito, aunque le permitirá evitar la cárcel si no reincide.