El truco por el que los italianos no engordan al comer tanta pasta

Un cirujano bariátrico ha revelado el truco detrás de todo este misterio culinario.

Por:

Adonis Martínez

La pasta es uno de esos platos que nunca pasan de moda. Ya sea al pesto, a la carbonara o a la boloñesa, su versatilidad la convierte en una opción recurrente en cocinas de todo el mundo. Pero más allá del sabor, la forma de cocinarla y los ingredientes que la acompañan pueden marcar una gran diferencia en lo que respecta a su valor nutricional.

En este sentido, el punto de cocción —al dente o más pasada— no es solo una cuestión de gusto, sino también de salud. Así lo ha explicado Leonardo Rejón, cirujano bariátrico, a través de un vídeo que ha compartido con sus más de 35.000 seguidores en Instagram. En él, analiza los efectos que tiene cada tipo de cocción sobre el cuerpo y cómo influye en aspectos como el índice glucémico o la saciedad.

Su explicación ha generado un gran interés, sobre todo entre quienes buscan mantener una alimentación equilibrada sin renunciar a los placeres de un buen plato de pasta. Porque, al parecer, ese pequeño detalle que marca el “punto perfecto” puede ser también una herramienta útil para cuidar la salud.

El truco está en la cocción

Leonardo Rejón no ha querido complicarse con demasiadas variantes: ha centrado su análisis en dos formas básicas de cocer la pasta, que dependen exclusivamente del tiempo que pasa en el agua. Por un lado, está la clásica pasta al dente, que conserva una ligera firmeza al morderla. Por otro, la opción más blanda, que se obtiene al dejarla unos minutos más, hasta que la textura es completamente suave.

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Según el especialista, esta diferencia de cocción no solo afecta al sabor y la consistencia del plato, sino que también tiene un impacto directo en cómo nuestro cuerpo procesa el alimento. Basándose en datos científicos, Rejón ha explicado que la pasta al dente tiene una ventaja clave: buena parte de su almidón no se absorbe, transformándose en un tipo de fibra beneficiosa.

En cambio, cuando la pasta se cocina más allá de su punto ideal, ese almidón se convierte por completo en azúcar absorbible, perdiendo ese efecto de fibra. Por eso, más allá de gustos personales, el punto de cocción puede ser un aliado (o no) en nuestra salud digestiva y metabólica.

Los beneficios de comer pasta al dente

Más allá del sabor o la textura, la pasta al dente es también una aliada para la salud digestiva. Así lo explica el cirujano Leonardo Rejón, quien ha enumerado cuatro razones por las que esta forma de cocción resulta más beneficiosa que dejar la pasta demasiado blanda. Todo parte de una base simple: cuanto más tiempo tarda en digerirse, más equilibrada es su respuesta en el organismo.

Una de las ventajas más destacadas es que reduce el índice glucémico del plato, lo que significa que los azúcares se absorben de forma más lenta y moderada. Además, esa cocción más firme prolonga la sensación de saciedad, ya que el estómago tarda más en procesarla, ayudando así a controlar el apetito entre comidas.

Otro punto a favor es el propio acto de masticar. Al estar más dura, la pasta al dente obliga a trabajar más con la boca, mejorando la digestión desde el primer momento. Masticar bien no solo favorece la absorción de nutrientes, sino que también ayuda a comer con más consciencia y menos prisa.