Así es el pez aguja: La criatura que acabó con la vida de Giulia Manfrini

La criatura marina se abalanzó sobre la surfista italiana. ¿Es común en los peces aguja atacar a los humanos?

El shock por la muerte de Giulia Manfrini sigue presente en todo el mundo. La surfista italiana de 36 años dejó este mundo tras el ataque de un pez aguja, que atravesó su torso mientras ella se disponía a montar las olas de Tailandia. ¿Qué tan peligrosa es esta criatura marina y dónde se encuentra?

El pez que mató a Giulia Manfrini

El tetrapturus audax, conocido también como marlin rayado o picudo gacho, es común en océanos tropicales y templados de todo el mundo, no muy lejos de la superficie. Se trata de un depredador que caza durante el día en los primeros 100 metros (330 pies) de la columna de agua, a menudo cerca de la superficie.

Sus aletas dorsales se encuentran en posición posterior, mientras que las pélvicas están situadas en posición abdominal. Algunas especies de agua dulce no alcanzan más de 7 centímetros de longitud, mientras que las especies de mar pueden llegar a medir hasta 2 metros. Por supuesto, su parte más destacada es su pico en forma de aguja, que compone buena parte de su extensión y que utiliza para cazar sardinas.

El pez aguja se trata de una criatura muy codiciada dentro de la pesca comercial y deportiva, aunque existen medidas de conservación para restringir sus desembarques. Hablamos de una especie que no vive más de diez años, y cuya madurez llega cerca de su segundo año de vida. No es una especie en peligro de extinción, y su presencia en los mares como depredador permite el control de diversas criaturas pequeñas.

¿Los peces aguja son agresivos?

Respecto al nivel de peligro que representa esta criatura, lo cierto es que los peces aguja no son depredadores agresivos. Sin embargo, el uso de su fuerza para evadir obstáculos ha provocado numerosos casos de humanos dañados por esta especie marítima.

Aunque pocas, las víctimas más comunes de los peces aguja son pescadores y buceadores. Curiosamente, los daños que han sufrido la mayoría de ellas no son por la aguja del animal, sino por sus dientes, que quedan incrustados en el cuerpo de los afectados.

La herida que acabó con la vida de Giulia Manfrini es muy poco común, y como mencionaron los testigos fue imposible salvarle la vida debido a la extensa profundidad a la que llegó el pez aguja.