Alerta máxima: el hongo mortal que preocupa a todo España por su expansión

Investigadores advierten que el calentamiento global está favoreciendo la expansión de hongos patógenos, con consecuencias graves para la salud pública y la seguridad alimentaria.

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Por:

Matías Torino

Alerta máxima: el hongo mortal que preocupa a todo España por su expansión
Alerta máxima: el hongo mortal que preocupa a todo España por su expansión. Fuente: Freepik.

Mientras el foco de la salud global sigue puesto en virus y bacterias, una amenaza silenciosa pero igualmente letal avanza sin hacer ruido. Se trata de los hongos patógenos, especialmente los del género Aspergillus, cuya expansión está siendo acelerada por el cambio climático.

Un reciente estudio internacional publicado en Research Square advierte sobre el crecimiento de la aspergilosis en zonas del hemisferio norte donde antes era prácticamente inexistente.

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Alerta máxima: el hongo mortal que preocupa a todo España por su expansión. Fuente: Freepik.

El dato es contundente, más de 1,8 millones de personas mueren cada año por infecciones fúngicas, muchas de ellas provocadas por A. fumigatus, un hongo microscópico presente en el aire que respiramos a diario.

¿Cómo afecta el calentamiento global a la propagación de hongos?

Según la investigación, el aumento sostenido de las temperaturas globales ha creado las condiciones ideales para que estos hongos, tradicionalmente ligados a climas cálidos, se establezcan en nuevas regiones.

A. fumigatus ya se desplaza hacia el norte de Europa, mientras que otras especies como A. flavus y A. niger comienzan a detectarse en países donde antes eran inusuales, como Noruega, Suecia o Alemania.

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Alerta máxima: el hongo mortal que preocupa a todo España por su expansión. Fuente: Freepik.

El estudio analizó más de 11.000 muestras genéticas y utilizó modelos de entropía ambiental para proyectar cómo y dónde aumentará la presencia de estos organismos. Los resultados no dejan dudas: Europa, Rusia, Canadá y China se perfilan como nuevos focos de riesgo.

¿España podría estar en peligro?

Sí, un informe del Instituto de Salud Carlos III indica que los casos de aspergilosis invasiva han aumentado significativamente en la última década en España, sobre todo entre pacientes inmunodeprimidos y personas hospitalizadas.

Las olas de calor cada vez más frecuentes, la prolongación del verano y un aumento de más de 1,6 °C respecto a la era preindustrial crean un entorno ideal para la proliferación de esporas fúngicas.

Además, la resistencia a antifúngicos , una de las grandes amenazas del futuro, ya ha comenzado a detectarse en el ámbito agrícola español. El uso extensivo de fungicidas azólicos en cultivos estaría favoreciendo mutaciones en A. fumigatus, según la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.

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Alerta máxima: el hongo mortal que preocupa a todo España por su expansión. Fuente: Freepik.

¿Qué riesgos implica para la salud y la alimentación?

En personas sanas, el contacto con esporas de Aspergillus suele pasar desapercibido. Pero en quienes tienen el sistema inmunológico debilitado, como pacientes oncológicos, trasplantados o con enfermedades crónicas, puede desencadenar infecciones graves e incluso letales.

No obstante, la amenaza no se limita a la salud humana, estos hongos también invaden cultivos esenciales como el trigo, el maíz y las nueces, liberando micotoxinas que comprometen la seguridad alimentaria global.

Sin embargo, el sistema sanitario no está preparado para enfrentar este desafío. Las infecciones fúngicas siguen siendo subdiagnosticadas y muchas veces se detectan cuando ya es demasiado tarde.

A esto se suma la creciente resistencia de los hongos a los tratamientos, que avanza más rápido que la investigación médica. “La adaptación de los hongos al cambio climático está completamente subestimada”, alerta el doctor Norman van Rhijn, uno de los autores del estudio.

¿Podría la próxima pandemia estar flotando en el aire?

La expansión silenciosa de estos hongos evidencia un nuevo desafío global, una amenaza microscópica, invisibilizada y favorecida por el clima.

En palabras de los investigadores, si no se toman medidas urgentes en vigilancia, diagnóstico y tratamiento, la próxima gran crisis sanitaria podría no estar a la vuelta de la esquina, sino ya presente, suspendida en el aire que respiramos.

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